Cómo lo digo a Siglia María Suárez poeta no vidente de la ciudad de Ponce que interprete gozosa los poemas de David D Agostino.
Cómo le digo a Emudio Núnez Sancristobal,
poeta de vocales disonancias como lo es Edgar Reyes,
que interprete y alargue los versos escondidos
en las líneas de David D Agostino.
Cómo pregunto a Yoli, si a Yolanda Molina Serrano,
docta amiga, poeta de raíces románticas,
dónde se canta a la mujer en la fronda
que el poema de David disemina.
Cómo, señoras y señores, cómo puedo mentirles.
No entiendo los detalles, los signos que transversa,
qué proponen los gestos guturales,
ya sean desgajes de Cervantes o Shakespeare.
No entiendo el devenir de cada cosa, pero si la intención,
la misión primordial, que es, como toda poesía,
provocar la robusta indiferencia del animal que pasa
y de aquel que en su casa pegado en la ventana
devora la intemperie
con ideas de noria desdentada.
No videntes, señores, somos todos.
No vidente y mudos y gagos y unilingues.
Maltrechos pasajeros de mucha insuficiencia.
Solo nos sobra una cordura inútil
Que en muchas circunstancias
para nada nos sirve, como ahora,
cuando miramos a David por los secretos pasadizos
de un poema visual.
(En la foto el poeta visual David Leavitt D Agostino con su esposa Liz en viaje al Lago Dos Bocas en Marzo 22 de 2011. El poema intenta abordar un Taller de Poesía Visual ofrecido por el artista en el Centro Cultural de Utuado en el que estuvieron presentes algunas de las personas mencionadas.
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