Primera porción
Las avispas nunca eligen a los sujetos de sus ataques. Por el contrario es el victimario que tras búsquedas inconscientes dirige, casi siempre su rostro en primer plano, su camino hasta el avispero. Cuando su mirada logra avisar a los sujetos de su búsqueda ya es víctima. El beso y el encuentro son un mismo acto.
Las avispas nunca eligen a los sujetos de sus ataques. Por el contrario es el victimario que tras búsquedas inconscientes dirige, casi siempre su rostro en primer plano, su camino hasta el avispero. Cuando su mirada logra avisar a los sujetos de su búsqueda ya es víctima. El beso y el encuentro son un mismo acto.
Segunda porción
No sólo los muertos pasan de largo. También los vivos, los casi muertos, los histéricos, los blandengues, los héroes y los pensativos. Los héroes nunca pasan de largo. Siempre miran desde alguna fila, al mundo que avanza. Su peso lo llevamos durante toda la vida.