Hay poetas donde la destreza los hace lucir versátiles, pero se requiere
más que versatilidad. Poetas excelentes
son aquellos que trascienden la versatilidad para darnos una obra que los
desborda como creadores, que sostiene en su gesta y organización un testimonio
desnudo, único, irrepetible. En mi vida de lector (y de poeta) me he
encontrado con varias de estas obras.
Me voy a referir a dos textos recientes de dos poetas que además, han
sido mis amigos por muchos años de este oficio.
Me refiero a El corazón en huelga
de Salvador Villanueva (primera edición, 2009, Segunda Edición 2013, los libros
de la Iguana) y Códice Cifrado (Los libros de la Iguana, 2012) de Reinaldo Marcos
Padua.
Ambos son textos viscerales, para tomar la famosa definición de Roberto Bolaño. Son libros que miran hacia la experiencia de
la vida desde distintas perspectivas y personalidades. Reinaldo Marcos Padua sitúa esas experiencias
en la estrecha relación entre lo personal y lo cósmico (como notablemente lo
hace constar el prologuista, Maracelino Canino Salgado), en un mundo que vive
conectado por gratas experiencias, recuerdos dolorosos y valoración de la
dignidad del otro (sean compañeras de viaje, amigos, familiares, episodios de
una vida pasada y el residuo testimonial que de ellas queda). Es una poética sostenida en la destreza del
verso, su musicalidad y el referente a
todo aquello que fue y sigue siendo significativo en la vida del poeta,
incluyendo personas y lugares. Reinaldo
es un poeta muy humano para quien la familia, la amistad, el prójimo, los
sitios que fueron escala en distintas etapas de la vida, tienen mucho valor.
Todo eso se expresa en un libro cuya belleza, unidad y tono, se sostienen desde
el primer poema, marcados todos por ese conocimiento del mundo que ejerce el
poeta, de vastos conocimientos humanísticos y filosóficos. Códice cifrado es un libro excelente de un poeta excelente, que
además ha sido un gran narrador de cuentos y novelas. Es un libro que sobresale por mucho en el
contexto de la poesía puertorriqueña de hoy.
El corazón en huelga de Salvador Villanueva es un libro excepcional. Salvador Villanueva ha vuelto a la
publicación después de veinte años de silencio.
Es un libro de una coherencia extraordinaria, a pesar de que incluye
textos que se pueden considerar aforismos, poemas largos, poemas breves y hasta
ensayos. A todo los une ese afán por
revelar las fisuras de la vida cotidiana con verso que escudriña como un
cuchillo afilado en las experiencias de cada día. El
corazón en huelga es una bitácora donde fluyen los sentimientos encontrados
hacia la existencia, donde coinciden lo sagrado y lo profano. Veamos este
aforismo: “las lucecitas de ciertos
prostíbulos tienen algo de místico.
Las nalgas de una mujer bella algo de Altar Mayor”. Nada se queda sin escribir: desde la
sexualidad, la semblanza de los padres, el paso de algunas amistades. Todo se revela en ese tono irónico, de
dibujada mordacidad y distancia que marcó la poesía de Salvador Villanueva
desde sus inicios.
Invito a adquirir y a leer estos dos textos de dos poetas que en sus
años de madurez dan sentido de vitalidad, dirección y propósito a la poesía
puertorriqueña. Los más jóvenes deben
examinar estos textos que se ofrecen como un referente indispensable de la
poesía puertorriqueña de estos tiempos.
Nota: Ambos libros aquí comentados estarán disponibles en una lectura que ambos poetas, junto al autor de estas líneas, ofreceremos en el Centro Cultural de Utuado. Oportunamente se dará la feacha.
(Angel Maldonado Acevedo)