miércoles, noviembre 22, 2006

La vida y las telenovelas


Amanda nunca se pierde la novela de las tres. Ese compromiso de estar frente al televisor, ansiosa por ver como se desenvuelve Trina en ese círculo de pasiones y trampas que son las telenovelas, le obliga a hacer todas las tareas por la mañana de manera que pueda estar descansada cuando se acerca la hora y el reloj de la pared de la cocina le sigue como un tormento. Cuando faltan cinco minutos el teléfono está desconectado, la puerta del frente herméticamente cerrada, las ventanas también cerradas para que los rayos del sol no le obstruyan la mirada cuando Trina, visiblemente enojada, casi histérica, le grita a Armando que alguien pagará las consecuencias de la traición y Armando pidiendo calma, comprensión, con un dejo que solamente Amanda sabe que es para ganar tiempo, el tiempo que le permita ubicarse en una situación de mejor dominio ante Trina que hoy, en este capítulo, está irreprimible. Bueno, la cosa no es para contar toda la novela, que otras también se sacrifiquen yo por la mañana cocinando y lavando ropa, fregando platos y barriendo, recogiendo trapos sucios de cada esquina y viviendo los sinsabores de una madre de adolescentes que a esta hora gracias a Dios todavía están en la escuela y le permiten asistir a la novela en su totalidad, ese capítulo de hoy que es tan bueno como el de ayer y que permite ser mejor que el de mañana. Cuando faltan apenas dos minutos Amanda es un sueño desgajado en el cómodo sofá. Ya la entrega es inevitable cuando pasan el anuncio de Johnson and Johnson y cuando la modelo luce el traje de manera que la fragancia parecer correr por la pantalla del televisor a Amanda le parecen los treinta segundos más largos, una eternidad hasta que en un latir el final del comercial enlaza con la música que sirve de tema introductoria de la novela y la sangre le vibra en el cuerpo. Es el momento del gozo supremo que la atraviesa mientras se repiten, de forma resumida las últimas escenas del capítulo de ayer, que le permiten enlazar la trama, atar los cabos y repasar sus pronósticos. Con quién se quedará Armando, será tan intensa la pasión de Trina como para llevarla a revelar el secreto que parece desbordar su ira. La primera ronda de comerciales le permite una reflexión más densa sobre los próximos pasos que darán los personajes. También musitar qué idiotas son los hombres y que tontas las mujeres. Si no fuera por estos ratos estaría perdida. A todas nos pasa lo mismo, en todas partes, en la vida y en las telenovelas.

Acerca de mí

Mi foto
463 Campo Alegre, Utuado, Puerto Rico
Periodista, Escritor y Poeta, Ciudadano Lector